PERSONAJES:
NARRADOR
EL
BUHO
LA
LUNA
EL
SOL
EL
LOBO
EL
GRILLO
EL
POETA
UNA
PAREJA DE ENAMORADOS.
ESCENA 1:
Es de noche y el Búho se acerca volando
a la Luna. Al fondo, los enamorados conversan, el grillo toca un violín, el
lobo aúlla y el poeta escribe.
NARRADOR: Una noche, la Luna le dijo al Búho:
LUNA: Búho, tengo un plan perfecto: ¡cuando
amanezca, ocuparé el lugar del Sol! Así iluminaré por los días y por las
noches, y me dedicarán todos los versos y las canciones... seré el astro más
importante.
BUHO: Luna, eso es una locura. En vez de
ser tan avariciosa, dedícate a inspirar al lobo, al grillo, al poeta, a los
enamorados (los va señalando)... a adornar el cielo de noche con tu brillo.
LUNA: ¡Bah! El único loco aquí eres tú,
ya verás como todos me aplauden cuando salga a brillar por el día.
(El Búho se retira a una esquina,
moviendo la cabeza contrariado)
ESCENA 2:
Ya es la hora del amanecer, el Sol entra
en escena estirándose como después de haber dormido; pero la Luna, en
vez de retirarse, lo mira de reojo, con las manos en la cintura.
NARRADOR: A la mañana siguiente,
cuando llegó la hora del amanecer, la Luna se enfrentó con el Sol:
LUNA: ¡Fuera, Sol, puedes retirarte! Yo
estoy aquí para ocupar tu lugar, así que regresa a tu lecho entre las montañas.
SOL: Bueno, está bien Luna, me voy a
seguir durmiendo. (Se retira a un rincón de la escena y se sienta con la cabeza
baja, simulando dormir)
NARRADOR: Entonces, la Luna comenzó a
brillar, pero como su luz era muy fría, regresó la noche y todos volvieron a
dormirse, excepto una pareja de enamorados, un poeta y los animalitos nocturnos.
LUNA: (Dirigiéndose a los niños
espectadores) Pero, ¿qué ocurre? ¿Por qué todos se van a dormir? Oigan,
despierten, ¡soy yo, su amiga la Luna, el más hermoso y perfecto de los
astros!
NARRADOR: Pero nadie le hacía caso a la
Luna. Como casi todos dormían, la Tierra se veía muy aburrida. Los que estaban
despiertos comenzaron a protestar:
LOBO: ¡Auuuu! Luna, has sido muy egoísta
con el Sol, ¡déjalo salir de nuevo a alumbrar el día o nunca más te aullaré!
GRILLO: ¡Crii-Crii! El lobo tiene razón,
Luna, por tu avaricia hay muchos animalitos que no ven, las flores no se abren,
(señalando al público) ¡Mira, los niños tienen frío! Si sigues tan
empecinada nunca más te tocaré una canción con mi violín.
POETA: Luna-Lunera, si no ocupas tu
lugar nocturno me voy a aburrir de tí y ya no te escribiré más versos. ¿No
te das cuenta de que tu misterio está en que apareces sólo en las noches? Si
te veo cada vez que miro al cielo ¿cómo me voy a inspirar?
ENAMORADA: (A su novio) Mi amor, ya me
estoy cansando de ver la Luna, me está entrando sueño. ¿Verdad que es
aburrido ver el mismo astro todo el tiempo?
ENAMORADO: Tienes razón, mi
vida...(Volviéndose enojado hacia la Luna, que ya tiene el rostro entristecido)
Luna, ¡esconde tu rostro o nunca más mi amada se asomará al balcón para oír
mis canciones!
LUNA: (Ocultando la cara entre las manos)
¡Qué verguenza siento, qué verguenza! Las cosas me están saliendo al revés
de lo que pensé. Nadie me quiere, (mirando a su alrededor) ¿dónde estará mi
amigo el búho? ¡Búho! ¡Búho!
BUHO: (Sale de su esquina volando) ¡Aquí!
Aquí estoy Luna, viendo el desastre que has ocasionado. Recuerda que te lo
advertí.
LUNA: Lo sé, mi gran amigo, pero yo fui
una cabecidura y no seguí tu consejo. Ahora estoy arrepentida y quiero ir a
buscar al Sol, ¿me acompañas?
BUHO: ¡Claro, vamos! (Se
alejan de la mano en busca del Sol mientras los otros personajes se sientan y
empiezan a cabecear o a mostrar señales de aburrimiento).
ESCENA 3:
Los demás personajes quedan atrás. La
Luna y el Búho se acercan al Sol y lo sacuden con suavidad, pero este se
resiste a despertar.
NARRADOR: Cuando lo encontraron, el Sol
estaba muy débil, casi agonizando, porque había mucho frío para él.
LUNA: ¡Despierta, solecito! Por favor,
perdóname y vuelve a iluminar por los días, que yo estaré muy feliz de
reflejar tu luz en las noches.
SOL: (Incorporándose con mucho trabajo)
Me temo que no podré Luna, estoy apagándome, no tengo fuerzas. Mira, mi luz es
como la de los atardeceres.
BUHO: ¡Esto no puede pasar! ¡El Sol no
puede apagarse! Buscaré una solución. (dirigiéndose al público) Espérenme,
que ya vuelvo. (Hace ademanes de volar, corriendo por todo el escenario y
gritando) ¡Despierten, vamos, despierten! ¡Hay que darle ánimos al que rido
Sol para que vuelva a iluminar con fuerzas! (Despierta a los demás personajes y
anima, con la ayuda de ellos, a los niños del público a hacer un coro) ¡Vamos,
amiguitos, llamen al Sol para que brille! ¡Sol! ¡Sol! ¡Sol!
CORO: ¡Sol! ¡Sol! ¡Sol!...
(El Sol empieza
a tomar fuerza con la llamada de todos y va de la mano de la Luna, a ocupar el
centro de la escena; allí abre los brazos y sonríe.)
LUNA: ¡Vamos querido Sol, brilla para
todos! (Y se retira a un rincón, donde se sienta, con el rostro sonriente.)
(El Búho, el
Lobo, el Grillo y los Enamorados hacen señas de hacer silencio y señalan al
Narrador, que se para junto al Sol)
NARRADOR: Y el Sol se sintió tan
contento, que brilló con mucha más fuerza y todo volvió a la normalidad...
Desde entonces, la Luna cumplió su tarea nocturna y el Sol la suya. De lo que
pasó ese día se enteraron muy pocos, porque casi todos se quedaron dormidos
cuando la Luna quiso ocupar el lugar del Sol. (Señala al Búho) Yo estaba
dormido, pero el Búho me lo contó, y ahora yo le pregunto a este amigo sabio:
¿Cuál es la Moraleja de esta historia?
BUHO: Pues que CADA CUAL DEBE ESTAR
ORGULLOSO DE SER COMO ES Y NO ANSIAR LO DE LOS DEMAS. ¡Hasta la próxima,
amiguitos! (Hace una reverencia y dice adiós, acompañado por los demás
actores)
FIN
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