domingo, 31 de mayo de 2015
domingo, 24 de mayo de 2015
Como olvidar el chavo del ocho
El buho,el sol y la luna
PERSONAJES:
NARRADOR
EL
BUHO
LA
LUNA
EL
SOL
EL
LOBO
EL
GRILLO
EL
POETA
UNA
PAREJA DE ENAMORADOS.
ESCENA 1:
Es de noche y el Búho se acerca volando
a la Luna. Al fondo, los enamorados conversan, el grillo toca un violín, el
lobo aúlla y el poeta escribe.
NARRADOR: Una noche, la Luna le dijo al Búho:
LUNA: Búho, tengo un plan perfecto: ¡cuando
amanezca, ocuparé el lugar del Sol! Así iluminaré por los días y por las
noches, y me dedicarán todos los versos y las canciones... seré el astro más
importante.
BUHO: Luna, eso es una locura. En vez de
ser tan avariciosa, dedícate a inspirar al lobo, al grillo, al poeta, a los
enamorados (los va señalando)... a adornar el cielo de noche con tu brillo.
LUNA: ¡Bah! El único loco aquí eres tú,
ya verás como todos me aplauden cuando salga a brillar por el día.
(El Búho se retira a una esquina,
moviendo la cabeza contrariado)
ESCENA 2:
Ya es la hora del amanecer, el Sol entra
en escena estirándose como después de haber dormido; pero la Luna, en
vez de retirarse, lo mira de reojo, con las manos en la cintura.
NARRADOR: A la mañana siguiente,
cuando llegó la hora del amanecer, la Luna se enfrentó con el Sol:
LUNA: ¡Fuera, Sol, puedes retirarte! Yo
estoy aquí para ocupar tu lugar, así que regresa a tu lecho entre las montañas.
SOL: Bueno, está bien Luna, me voy a
seguir durmiendo. (Se retira a un rincón de la escena y se sienta con la cabeza
baja, simulando dormir)
NARRADOR: Entonces, la Luna comenzó a
brillar, pero como su luz era muy fría, regresó la noche y todos volvieron a
dormirse, excepto una pareja de enamorados, un poeta y los animalitos nocturnos.
LUNA: (Dirigiéndose a los niños
espectadores) Pero, ¿qué ocurre? ¿Por qué todos se van a dormir? Oigan,
despierten, ¡soy yo, su amiga la Luna, el más hermoso y perfecto de los
astros!
NARRADOR: Pero nadie le hacía caso a la
Luna. Como casi todos dormían, la Tierra se veía muy aburrida. Los que estaban
despiertos comenzaron a protestar:
LOBO: ¡Auuuu! Luna, has sido muy egoísta
con el Sol, ¡déjalo salir de nuevo a alumbrar el día o nunca más te aullaré!
GRILLO: ¡Crii-Crii! El lobo tiene razón,
Luna, por tu avaricia hay muchos animalitos que no ven, las flores no se abren,
(señalando al público) ¡Mira, los niños tienen frío! Si sigues tan
empecinada nunca más te tocaré una canción con mi violín.
POETA: Luna-Lunera, si no ocupas tu
lugar nocturno me voy a aburrir de tí y ya no te escribiré más versos. ¿No
te das cuenta de que tu misterio está en que apareces sólo en las noches? Si
te veo cada vez que miro al cielo ¿cómo me voy a inspirar?
ENAMORADA: (A su novio) Mi amor, ya me
estoy cansando de ver la Luna, me está entrando sueño. ¿Verdad que es
aburrido ver el mismo astro todo el tiempo?
ENAMORADO: Tienes razón, mi
vida...(Volviéndose enojado hacia la Luna, que ya tiene el rostro entristecido)
Luna, ¡esconde tu rostro o nunca más mi amada se asomará al balcón para oír
mis canciones!
LUNA: (Ocultando la cara entre las manos)
¡Qué verguenza siento, qué verguenza! Las cosas me están saliendo al revés
de lo que pensé. Nadie me quiere, (mirando a su alrededor) ¿dónde estará mi
amigo el búho? ¡Búho! ¡Búho!
BUHO: (Sale de su esquina volando) ¡Aquí!
Aquí estoy Luna, viendo el desastre que has ocasionado. Recuerda que te lo
advertí.
LUNA: Lo sé, mi gran amigo, pero yo fui
una cabecidura y no seguí tu consejo. Ahora estoy arrepentida y quiero ir a
buscar al Sol, ¿me acompañas?
BUHO: ¡Claro, vamos! (Se
alejan de la mano en busca del Sol mientras los otros personajes se sientan y
empiezan a cabecear o a mostrar señales de aburrimiento).
ESCENA 3:
Los demás personajes quedan atrás. La
Luna y el Búho se acercan al Sol y lo sacuden con suavidad, pero este se
resiste a despertar.
NARRADOR: Cuando lo encontraron, el Sol
estaba muy débil, casi agonizando, porque había mucho frío para él.
LUNA: ¡Despierta, solecito! Por favor,
perdóname y vuelve a iluminar por los días, que yo estaré muy feliz de
reflejar tu luz en las noches.
SOL: (Incorporándose con mucho trabajo)
Me temo que no podré Luna, estoy apagándome, no tengo fuerzas. Mira, mi luz es
como la de los atardeceres.
BUHO: ¡Esto no puede pasar! ¡El Sol no
puede apagarse! Buscaré una solución. (dirigiéndose al público) Espérenme,
que ya vuelvo. (Hace ademanes de volar, corriendo por todo el escenario y
gritando) ¡Despierten, vamos, despierten! ¡Hay que darle ánimos al que rido
Sol para que vuelva a iluminar con fuerzas! (Despierta a los demás personajes y
anima, con la ayuda de ellos, a los niños del público a hacer un coro) ¡Vamos,
amiguitos, llamen al Sol para que brille! ¡Sol! ¡Sol! ¡Sol!
CORO: ¡Sol! ¡Sol! ¡Sol!...
(El Sol empieza
a tomar fuerza con la llamada de todos y va de la mano de la Luna, a ocupar el
centro de la escena; allí abre los brazos y sonríe.)
LUNA: ¡Vamos querido Sol, brilla para
todos! (Y se retira a un rincón, donde se sienta, con el rostro sonriente.)
(El Búho, el
Lobo, el Grillo y los Enamorados hacen señas de hacer silencio y señalan al
Narrador, que se para junto al Sol)
NARRADOR: Y el Sol se sintió tan
contento, que brilló con mucha más fuerza y todo volvió a la normalidad...
Desde entonces, la Luna cumplió su tarea nocturna y el Sol la suya. De lo que
pasó ese día se enteraron muy pocos, porque casi todos se quedaron dormidos
cuando la Luna quiso ocupar el lugar del Sol. (Señala al Búho) Yo estaba
dormido, pero el Búho me lo contó, y ahora yo le pregunto a este amigo sabio:
¿Cuál es la Moraleja de esta historia?
BUHO: Pues que CADA CUAL DEBE ESTAR
ORGULLOSO DE SER COMO ES Y NO ANSIAR LO DE LOS DEMAS. ¡Hasta la próxima,
amiguitos! (Hace una reverencia y dice adiós, acompañado por los demás
actores)
FIN
Algunas obras para niños pequeños
CAPERUCITA ROJA
Francisco
Javier Bernad Morales
El escenario representa: a la
derecha la casa de Caperucita, en la que se ven una mesa y tres sillas,
dispuestas de modo que ninguna da la espalda a los espectadores, sobre la mesa,
una tarta con velas; en el centro, el bosque, con árboles, pajaritos y
conejitos —representados por niños—; a la izquierda, la casa de la abuelita
con una cama
ESCENA PRIMERA
Caperucita —que aún no
lleva puesta la caperuza— y su madre están sentadas a la mesa. La niña no
cesa de relamerse mientras mira la tarta. No puede aguantar más, así que unta
el dedo en ella y luego se lo lleva a la boca. Mientras ellas hablan, la
abuelita sale de su casa y cruza el bosque. Lleva un paquete en la mano.
Mamá:
No me gusta que seas tan golosa. Es de muy mala educación comer con los
dedos. Además, tenemos que esperar a la abuelita.
Caperucita:
Mamá, es que tarda mucho y tengo hambre. ¿Qué me regalará?
La abuelita llega a la casa de Caperucita.
Abuelita:
¡Hola! ¿Cómo estáis? ¡Qué nieta más guapa tengo! ¡Felicidades!
Caperucita y su madre se levantan para besar y abrazar a la abuela
Mamá:
¡Qué alegría verte!
Caperucita:
¿Ya nos podemos comer la tarta?
Abuelita:
Abre primero tu regalo
Caperucita desenvuelve el regalo
Caperucita:
¡Ay! ¡Qué nervios! ¡Qué capa tan bonita! ¡Qué caperuza más roja!
Caperucita besa a la abuela y
las tres se sientan a la mesa. Se oye la canción Cumpleaños Feliz y Caperucita
sopla como si apagara las velas. Después fingen comer.
Abuelita:
Me voy a marchar porque no quiero que se me haga de noche por el camino
Las tres se levantan
Mamá:
Ten mucho cuidado con el lobo.
Abuelita:
No te preocupes. El lobo se ha marchado a la ciudad porque, como allí
vive más gente, cree que va a encontrar más comida
Caperucita:
Adiós, abuelita.
La abuelita se marcha por el
bosque. Baja la intensidad de la luz para indicar que anochece
ESCENA SEGUNDA
Aumenta la luz para señalar
el amanecer. Caperucita —ya lleva puesta la capa— y su mamá están en su
casa. La abuelita en la suya, metida en la cama. En el bosque, el lobo.
Lobo:
¡Vaya idea mala tuve con irme a la ciudad! ¡Todo está lleno de coches!
¡De milagro no me mató un autobús! La ciudad no es para mí. Menos mal que ya
estoy otra vez en el bosque. Voy a descansar un rato y luego buscará a alguien
para desayunar.
Se esconde entre los árboles
Mamá:
¡Caperucita! Acaba de llamar la abuelita. Está un poco enferma y se ha
quedado en la cama, así que acércate a su casa y llévale esta cestita con un
pastel y un tarrito de miel.
Caperucita:
Pero mamá,. Si lo que tendrá será una indigestión por la tarta. ¿No
será mejor que le prepares una manzanilla?
Mamá:
No me gusta que seas tan sabihonda y tan repipi. Harás lo que te digo.
Caperucita:
Bueno. Tampoco es para que me regañes.
Mamá:
¡Ah! Aunque se ha ido el lobo, ten mucho cuidado y no te entretengas.
Yo, mientras, voy un rato a charlar con las vecinas.
La mamá se marcha por la
derecha. Caperucita sale al bosque. Da vueltas por el escenario. Se agacha como
si cogiera flores. Se sienta a escuchar el canto de los pájaros. Se tumba en el
suelo. Se levanta. Salta. Todo al ritmo de la música
Conejitos:
¿Dónde vas Caperucita, tan de mañana con una capita de lana?
Caperucita:
A
casa de mi abuelita, a llevarle este pastel y este tarrito de miel.
El lobo, sin que le vean, se asoma entre los árboles
Lobo:
¡Qué suerte! Una niña ¡Qué tierna debe de estar!
Se oculta de nuevo
Árboles:
¡Caperucita! ¡Caperucita! ¿Estás perdida? ¿Qué buscas?
Caperucita:
Voy
a casa de mi abuelita. Le llevo un pastel y un tarrito de miel.
Árboles:
Sigue ese camino y ten mucho cuidado
Vuelve a asomarse el lobo
Lobo:
Se me hace la boca agua. Pero si me la como aquí, seguro que algún
chivato le lleva el cuento a su madre y me busca un lío.
Se esconde
Pajaritos:
¡Oh, linda niña! Hace una hermosa mañana
Caperucita:
Sí. Brilla el sol entre nubes de algodón.
Se asoma el lobo
Lobo:
Pues sí que es cursi la pobre. En fin, la voy a engañar par comérmela
tranquilamente en casa de su abuela. Allí nadie me molestará.
El lobo sale al encuentro de Caperucita
Caperucita:
¡Buenos días, señor! ¿Sabe usted por dónde podría ir a casa de mi
abuelita? La pobre tiene un empacho de tarta y mi mamá se ha empeñado en que
le lleve un pastel y un tarrito de miel.
Lobo:
Pues le iría mejor un poco de bicarbonato. En fin, vete por ese camino.
Ya verás que pronto llegas.
Caperucita:
¡Muchas gracias, señor! Es usted muy amable y muy simpático. Hasta
luego.
Se marcha dando vueltas por el bosque.
Lobo:
Sí que ha sido fácil engañarla.
Se oye una música amenazadora
ESCENA TERCERA
El lobo se ha aproximado a la
casa de la abuelita, quien está tumbada en la cama. Caperucita sigue dando
vueltas por el bosque. Entre los árboles se ve a los cazadores.
Abuelita:
¿Quién viene?
Lobo (disimulando
la voz): Soy yo. Tu nieta Caperucita.
Te traigo un pastel y un tarrito de miel
Abuelita:
¡Vaya! Más dulces. Si me los como reviento. Pero, bueno, cariño, pasa.
Entra el lobo. La abuela se desmaya al verle
Lobo:
La vieja se ha desmayado. Mejor. La esconderé y si después de comerme a
Caperucita todavía tengo hambre me servirá de postre, aunque debe de estar un
poco dura.
El lobo saca a la abuelita de la cama y ocupa su lugar. Llega Caperucita
Caperucita:
¡Abuelita! ¡Ya estoy aquí! Traigo un pastel y un tarrito de miel.
Lobo (disimulando
la voz) Entra, hijita, entra. Siéntate
a mi lado.
Conejitos:
¡Cazadores! ¡Cazadores! Rápido, a casa de la abuelita.
Caperucita:
¡Qué orejas más grandes tienes!
Lobo:
Para oírte mejor
Árboles:
¡Cazadores! ¡Cazadores! Corred, deprisa
Caperucita:
¡Qué ojos más grandes tienes!
Lobo:
Para verte mejor
Pajaritos:
¡Cazadores! ¡Cazadores! Salvad a Caperucita
Caperucita:
¡Qué boca más grande tienes!
Lobo:
Para comerte mejor
El lobo se levanta y va hacia Caperucita, pero en ese momento entran los cazadores
Cazadores:
¡Quieto si no quieres que te disparemos!
Lobo:
Pero si sólo estamos jugando. ¿Verdad, Caperucita?
Caperucita:
¡Mentira! Me querías comer.
Lobo:
Pero si estoy a dieta. Además me he hecho vegetariano y macrobiótico
Cazadores:
Eso ya se lo explicarás al juez. Estás detenido.
Personajes más importantes en el ambito del teatro
William Shakespeare.
William Shakespeare es un escritor inglés. Escribía sus obras para
ganarse la vida pero además era actor y conocía las posibilidades del
escenario de los teatros de su época. Shakespeare no sólo fue un
escritor fantástico que dominó todos los recursos de su lengua. No sólo
fue un observador del ser humano, de sus problemas y sentimientos más
profundos. Fue además un hombre de teatro, y lo que aportó al teatro fue
dominio del espacio total del escenario. Como dramaturgo, Shakespeare
resume todas las tradiciones anteriores: antigüedad clásica, la Edad
Media y el Renacimiento. Entre sus obras destacaremos: Hamlet, Otelo,
etc.
Lope
de Vega es español. La mayor obra de Lope la constituye su copiosísima
producción teatral. Según él mismo, compuso más de 1.400 comedias. La
originalidad del teatro lopesco reside en el hecho de su renuncia a
seguir la
tentadora y fácil vía de
imitación de los modelos griegos y latinos, para crear en cambio, un
teatro de temática y carácter auténticamente nacionales.
Otra
innovación de Lope fue la de romper con el principio aristotélico de
las tres unidades -lugar, tiempo y acción-, así como con la regla que,
según los preceptistas clásicos, exigían la rigurosas separación de lo
trágico y lo cómico. Sus teorías sobre el teatro la expuso y defendió en
su Arte nuevo de hacer comedias. Su vastísima producción dramática abarca todos los géneros y es de una singular riqueza temática. En El mejor alcalde, el Rey, en Fuenteovejuna y en Peribáñez o el Comendador de Ocaña exalta
el sentimiento del honor rústico y popular, el del campesino, cristiano
viejo, frente a la noble. Otras grandes tragedias lopescas son El Caballero de Olmedo, El castigo sin venganza y La estrella de Sevilla.
Entre sus comedias, las hay de carácter religioso, como El nacimiento de Cristo; histórico: El rey Don Pedro en Madrid; de capa y espada: La dama boba, La discreta enamorada; filosófico: El villano en su rincón. Y todavía, bajo distintos epígrafes, podrían citarse El perro del hortelano, Los milagros del desprecio, La moza de cántaro, El acero de Madrid, etc.
Nació en 1.639 y murió en 1699. Es un poeta dramático francés. Consiguió la celebridad con el estreno, 1.667, de su tragedia Andrómaca, a
la que siguieron, cronológicamente, Británico, Berenice, Bayaceto, Mitrídates, Ifigenia y Fedra.
Nombrado historiador de la corte, a instancias Mme. de Maintenon,
volvió al género dramático y escribió entonces sus tragedias de tema
bíblico, Esther y Atalía, esta
última considerada por numerosos críticos como su obra maestra. Con
Racine, la tragedia clásica alcanza su ideal de perfección.
A
diferencia de Corneilli, Racine presenta siempre una acción sencilla y
definida, en la que los acontecimientos surgen espontáneamente como
consecuencia directa y natural de las pasiones de sus personajes. El
prurito por la verosimilitud de las situaciones y la congruencia de los
caracteres constituyen una constante en la obra de Racine. Pero esta
simplicidad formal no impide los conflictos interiores que agitan a sus
criaturas, sino que, por el contrario, los hacer más diáfanos. En este
sentido, su teatro está mucho más cerca del de Shakespeare que del de
Corneille, y constituye la cumbre de la dramaturgia francés del periodo
neoclásico.
Nació
en 1.600 y murió en 1.681. dramaturgo español del Siglo de Oro. Se
ordenó sacerdote en su madurez y su vida discurrió sin grandes
incidencias, gozando del favor real y la admiración del público. Se le
atribuyen una 200 obras, entre autos sacramentales, dramas y comedias.
Las disquisiciones religioso-filosóficas, el sentido del honor y la
intriga de capa y espada son los temas fundamentales de
su obra, cuyo estilo participa de las ideas conceptistas y del culteranismo propio del barroco español.
De sus comedias religiosas destacan La devoción a la Cruz y, especialmente, El mágico prodigioso. La Dama duende y Casa con dos puertas, mala es de guardar son comedias de enredo. El mayor monstruo, Los celos y El médico de su honra se centran en el tema de los celos; El alcalde de Zalamea constituye el máximo exponente de la comedia de honor y La vida es sueño es el gran drama filosófico del siglo XVII. De sus autos sacramentales destacan: El gran teatro del mundo, La cena del rey Baltasar y los encantos de la culpa.
Nació
en el año 1.622 y murió en el año 1.673. Dramaturgo francés. Durante
quince años recorrió el país como actor y director de su propia compañía
teatral, representando las obras que él mismo escribía para sus tournées.
Ya
instalado en París, Luis XIV le nombró director del teatro de la corte,
Molière poseía el sentido innato del teatro. Su inventiva y su
inagotable visión cómica le permitían mantener permanentemente el
interés a lo largo de sus obras, rebosantes de humor y cuyos personajes
poseen una vitalidad y un verismo incomparables.
El genio de Molière alcanza su mayor dimensión en aquellas obras en las
que consigue crear un personaje-tipo de proyección universal. Harpagón,
El avaro; monsieur Jourdain, el advenedizo; todos estos héroes de sus
piezas se han convertido en símbolos. El mundo de Molière es uno de los
más ricos y realistas que haya podido crear, en cualquier tipo, un
escritor.
Entre sus creaciones dramáticas destacan títulos tan universales como El avaro, Tartufo o el
impostor, El misántropo, El burgués gentilhombre, Don Juan, Las mujeres
sabias, Las preciosas ridículas, El médico a su pesar, El enfermo
imaginario.
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